3/9/11

Sin fe, todo es ordinario (y 4)

La religión, por su naturaleza misma, siempre apunta a algo mejor que lo meramente humano, incluso a algo infinitamente mejor. Por esta sola razón es muy apropiado estar a favor de quienes están a su favor y defender a quienes la defienden. Por muchos defectos y fallos que las personas religiosas puedan tener, ¿cómo sostener que tienen más que los demás humanos y que los demás son, por tanto, mejores que ellas?

En sí mismas las personas religiosas no son peores ni mejores que las demás, son iguales. Pero este único punto en particular las hace, a mi parecer, preferibles: que se orientan a algo mejor para la humanidad que lo que es meramente humano. Si se deja aparte la auto-propaganda, lo sólamente humano es casi igual que animal, no es tan diferente, no es mucho mejor; y si se consideran perversiones típicas de los humanos, como guerras y demás, es peor que animal. Como le dijo el gran yogi Milarepa a un cazador: Tú, que tienes una mente de animal en un cuerpo humano, / Por favor, escucha mi canción. Y en Budismo Moderno, Geshe Kelsang dice: Aunque físicamente no somos una tortuga, mentalmente no somos muy diferentes.

Por tanto, en resumen, he de analizar detenidamente lo que se dice en Transforma tu Vida, que: Sin fe, todo es mundano. Somos ciegos para todo lo que está más allá del mundo ordinario, imperfecto, que normalmente habitamos, y no podemos ni siquiera imaginar que existan seres, mundos y estados mentales puros y sin falta. La fe es como ojos puros que nos permiten ver un mundo puro y perfecto más allá del mundo sufriente del samsara.

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