Mientras no realice la verdad última -la vacuidad- directamente, seguiré experimentando esta pesadilla del samsara. El placer samsárico, o felicidad del mundo, es necesariamente impermanente y más pronto o más tarde cambia a sufrimiento. Sería tonto si esperara otra cosa. Por tanto, con respecto a buenas y malas situaciones he de generar ecuanimidad: Si las cosas van bien, bien; y si no, también.
¿Cuándo aplicamos esta línea de pensamiento? En infinitas ocasiones: Desde la vez en que nos llega una fuerte multa por una supuesta infracción de las normas de tráfico, hasta la vez en que nuestra pareja sentimental nos cambia por otra persona, hasta la vez en que perdemos nuestro puesto de trabajo, hasta la vez en que nuestra casa arde por los cuatro costados ... Si hay algo que no falta en este mundo y en nuestras circunstancias son ocasiones diarias de practicar paciencia.Nota Bene: Deberíamos empezar por ejercitarnos en cosas pequeñas del tipo multas de tráfico, etc. No deberíamos empezar al revés.