Puedo pensar: Ahora que sé que ninguno de los deseos de mi lista de deseos me puede dar satisfacción real una vez cumplido, en vez de querer seguir estos deseos engañosos, es mejor practicar contentamiento -- la mente que, con una intención virtuosa, se siente satisfecha con cualesquiera que sean las condiciones externas e internas. Así, por ejemplo, con uno de los ejemplos de la lista de antes:
Ahora que sé que que Valentina se enamore de mí no me puede dar satisfacción real, en vez de seguir este deseo egoísta, es mucho mejor generar la mente de contentamiento que, con una intención virtuosa, se siente satisfecha con mis condiciones externas e internas, cualesquiera que éstas sean.
Con esto, ahora tiene incluso más fuerza el pensamiento de aceptar los deseos no cumplidos como una manera de transformar la adversidad en el camino espiritual.
11/6/09
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