Todas las apariencias de mi mundo del estado de vigilia son simplemente la maduración en mi mente de impresiones kármicas positivas, negativas y neutras.
Si soy un seguidor de Buddha, aunque sea sólo un niño, puedo pensar y contemplar así -- pero nadie más. Los más serios y eminentes filósofos de la historia de esta época del mundo (desde los pre-socráticos hasta ahora) no han podido pensar así. Si no se han recibido enseñanzas de Buddha sobre el karma y la verdadera naturaleza de los fenómenos, la vacuidad, es imposible concebir esta clase de pensamiento. En la imagen de la rueda de la vida, en la mitad superior de la rueda veo representados los reinos de los humanos, semidioses y dioses, y en la mitad inferior, los reinos de los animales, espíritus ávidos y seres infernales. Los seres renacen repetidamente en los reinos inferiores, como animales y demás, por la ignorancia de las leyes del karma; y, cuando no renacen allí, permanecen de todas maneras atados a la rueda de la vida, que es la rueda del sufrimiento, por la ignorancia de la vacuidad. Las dos sabidurías enseñadas por Buddha sobre el karma y la vacuidad se oponen directamente, respectivamente, a estas dos ignorancias, y son sus únicos antídotos.
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