Ya que las cosas que deseo no dan satisfacción, he de practicar contentamiento, es decir, he de generar una mente que se siente satisfecha con cualesquiera que sean las condiciones externas e internas.
Una línea de Dharma relacionada con ésta, muy directa, es que nada en este mundo impuro puede darnos la felicidad pura que en el fondo deseamos.
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