Objeción: En tu ejemplo de antes dices que mi amigo o amiga cambia de bueno a malo y de malo a bueno dependiendo de los cambios en mi mente, de pura a impura y de impura a pura. Pero este ejemplo no es válido, porque es evidente que mi amigo cambia, no dependiendo de mi mente, sino de sus propias acciones. Cuando me hace daño, le veo como mala persona, y cuando me trata bien, le veo bueno. Entender esto es muy sencillo, y nadie lo puede negar. Respuesta: Lo cierto es que mientras tengamos una mente pura de amor y afecto por nuestro amigo o amiga, le veremos como buena persona, aunque se esté comportando de manera inapropiada. Y, al revés, en tanto en cuanto mantengamos una mente impura de enfado y aversión hacia él, le veremos como malo y desagradable, aunque él nos trate bien. Ésta es, en efecto, una indicación de que todo lo que para nosotros es bueno, malo o neutro, es una mera proyección de la mente y no existe fuera de la mente.'
Objeción: Pero si me trata bien, no puedo seguir enfadado. Respuesta: Si me estás diciendo que lo agradable nos hace sentir bien, no seré yo quien niegue esto.
1/3/14
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