Si en la vida ordinaria, el samsara, no tengo ninguna protección real contra el sufrimiento -de volver a enfermar, a veces de enfermedades horribles, de volver a envejecer, de volver a morir, de volver a nacer, etc.-, ¿cómo puedo decir que es ésta la vida feliz que busco? Es imposible. La vida feliz es la vida espiritual, etimológicamente la 'vida bienaventurada', no la vida ordinaria contaminada que es la naturaleza del sufrimiento. Así, ya que soy ciertamente un amante más de la vida feliz (amans beatam vitam), no debería seguir engañado a este respecto.
Siendo yo un amante de la vida feliz, la temía allí donde residía y la buscaba huyendo de ella (amans beatam vitam timebam illam in sede sua et ab ea fugiens quaerebam eam).
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