Así es que, a la luz de la sabiduría del Dharma de Buddha, mi verdadero problema es un problema interno. Mi verdadero problema son mis sensaciones desagradables o dolorosas que son factores mentales, tipos de mente y, por tanto, parte de la mente. Si no tengo sensaciones desagradables, no tengo problema, sean cuales sean las condiciones externas. Si quiero comprobar, por ejemplo, si Shangri-la existe de verdad o no, tendré que viajar al desierto del Gobi; en cambio, para comprobar si esta verdad del Dharma es verdad o no, no me hace falta trasladarme lejos ni moverme de dentro de mí -- allí dónde yo esté, está mi campo de experimentación y verificación.
No he de pensar que la manera de distanciarme de las sensaciones desagradables es querer alejarlas de mí o escapar yo de ellas. No. Es al contrario. Es aprender a permitirlas y aceptarlas con paciencia, de acuerdo con el Dharma, con una mente feliz, sin identificarme con ellas.
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