He de aplicar esta misma meditación, mutatis mutandis (cambiando lo que se haya de cambiar), a cualquier circunstancia difícil, externa o interna, por la que esté pasando hoy, ya sea enfermedad o incluso la muerte. Por ejemplo:
Si experimento sufrimiento porque experimento la muerte, es la falta de la estimación propia, que valora tan altamente mi bienestar pero no el de los demás. Si no tengo estimación propia, si experimento la muerte no experimento sufrimiento.
Si experimento sufrimiento porque experimento enfermedad, es la falta de la estimación propia, que valora tan altamente mi bienestar pero no el de los demás. Si no tengo estimación propia, si experimento enfermedad no experimento sufrimiento.
Y así sucesivamente para cualquiera que sea la cosa del día, grande o pequeña. De esta manera transformo la adversidad en el camino. En cada caso, al final decido:
He de identificar correctamente la fuente real de mi sufrimiento, y generar aversión sincera hacia el enemigo interno de la estimación propia, que me hace daño ahora y contínuamente, en vida tras vida.
20/10/10
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