No hace mucho, en la revista local del pueblo donde crecí y donde actualmente sigue viviendo mi madre, leí una entrevista que se le hacía a mi antiguo profesor de francés, 'Mesié' Manel, con motivo, creo, de su ochenta cumpleaños y de un librito de homenaje que se había publicado en su honor. 'Mesié' Manel era empleado repartidor de Correos, y al mismo tiempo una figura escondida de la cultura local. El caso es que en la entrevista él explicaba, entre otras cosas, que desde joven se había acostumbrado a copiar a mano cada día una página de un autor clásico de la literatura francesa, principalmente con el fin de familiarizarse con el estilo y disfrutar de él.
Imaginándole copiando religiosamente su página diaria, enseguida pensé que si uno se podía someter a esta agradable disciplina diaria de copiar cada día una página a mano por causa del estilo, bien podía otro someterse a la agradable disciplina diaria de leer cada día un número de páginas de textos de Dharma por causa de la liberación permanente del sufrimiento, propio y de los demás. Y así fue como empecé a establecerme un pequeño programa de lectura rápida de textos de Dharma, y como un antiguo profesor me siguió enseñando casi cincuenta años después.
Porque, en relación con los programas de lectura de textos de Dharma, debería saber: (1) ¿qué es ignorancia?; (2) ¿por qué necesito abandonar la ignorancia?; y (3) ¿qué tres métodos principales existen para eliminar la ignorancia?
30/12/10
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