25/8/13

El dedo y la luna, otra vez

Objeción: Como el dedo que señala la luna, que mirar el dedo no te impida ver la luna, sentir la luz de la luna. (No te quedes mirando el dedo porque la luna no está en el dedo). Respuesta: Si considero esto como un simple consejo, es un buen consejo. Equivale a decir, por ejemplo: 'Como el coche para ir a la ciudad, que mirar el coche no te impida ir a la ciudad. No te quedes mirando el coche, porque la ciudad no está en el coche'. No es un gran consejo, pero es un buen consejo, y no se puede rechazar. No obstante, esta analogía del dedo y la luna (ver más aquí) no se considera un simple consejo, sino una objeción a la práctica religiosa tradicional, dando a entender que la práctica misma estorba a los practicantes, y que es lo que les impide ver la luna de las realizaciones espirituales. Dando a entender también, de paso, que quienes abandonan la práctica consiguen, por este simple y asombroso procedimiento, tener experiencia espiritual. A esto contesto:

Claramente, la palabra 'iluminación' no es un obstáculo a la iluminación; y eliminar la palabra no es un método para alcanzar la iluminación. Igualmente, las prácticas espirituales no son un obstáculo para conseguir experiencias espirituales; y abandonar las práctica espiritual no es el método de alcanzar experiencia espiritual. Igualmente, la religión no es un obstáculo para la espiritualidad; y eliminar la religión no es el método para convertirse uno en espiritual. Tan claramente como que el dedo que señala la luna no es un obstáculo para ir a (o ver) la luna; ni eliminar el dedo que señala la luna es el método de ir a la luna, ni le sitúa a uno automáticamente en la luna, ni mirando la luna.

Además, y esto es importante, el Dharma y las realizaciones no son como un dedo y la luna, que son entidades completamente distintas sin ningún punto de contacto entre ellas. Sino que son más bien como un cohete y la luna, o como una ciudad y la carretera que lleva a la ciudad. Estrictamente hablando, el Dharma o enseñanzas (o religión) y las realizaciones (o espiritualidad) son la misma entidad, no son entidades diferentes sino diferentes aspectos de la misma entidad. Por ejemplo, la definición de Dharma que se da en Introducción al Budismo es: las enseñanzas de Buddha y las realizaciones que se siguen de su práctica (las dos cosas) -- son el Dharma.

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