Tanto el Budismo como el Cristianismo sostienen que no es posible encontrar felicidad verdadera en este mundo. Sostienen que las 'felicidades' de este mundo no son en realidad verdadera felicidad, y que no sólo no son verdadera felicidad, sino que, además, no duran. Las dos tradiciones nos animan por igual, a través de la práctica de buenas obras, estudio, oración y meditación, a orientarnos a buscar la verdadera felicidad en la vida futura. Si partimos de bases comunes amplias y sólidas como ésta, no nos hace falta 'chocar' con otros practicantes por diferencias en cuestiones técnicas más elevadas, o menos evidentes. Después de todo, como dice Santa Teresa, 'no a todos lleva Dios por un [mismo] camino'. Y en el Tantra Raíz de Heruka y Vajrayogini leemos que
El Ser Bienaventurado aparece en muchos aspectos diferentes
Para el beneficio de todos los seres vivos, que tienen diferentes deseos.
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