Así, el ser seguidor de Buddha me hace muy afortunado, un hombre de suerte, cualesquiera que mis circunstancias y apariencias externas puedan ser -- quiere decir, aunque externamente pueda o no pueda parecerlo. Por ejemplo, cuando gracias a una sola gota de la lluvia de sabiduría del Dharma ya conozco cuál es mi deseo principal, es bastante fácil pensar:
Ya que sólo un Buddha tiene el poder de protegerme a mí y a los demás y darnos felicidad, si quiero cumplir mi deseo, me he de convertir en un Buddha. Para liberarme a mí y a todos los seres de toda clase de sufrimiento y tener felicidad pura, me convertiré en Buddha Heruka.
Este pensamiento es como el pensamiento de bodhichitta del Lamrim instantáneo de antes, pero incluye también la mente de renunciación. Sobre la base de esta clase de pensamientos, el Vehículo del Tantra, el vehículo rápido a la iluminación, se desliza suavemente, silenciosamente, a toda velocidad, hacia su destino final.
26/1/10
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