2. Meditar en la vacuidad del yo:
Normalmente me veo a mí mismo dentro de mi cuerpo y mente, pero ni mi cuerpo y mente, ni la colección de mi cuerpo y mente, soy yo -- porque mi cuerpo y mente son mis posesiones y yo soy el poseedor, y poseedor y objeto poseído no pueden ser lo mismo. No obstante, no hay 'yo' [que sea] otro que mi cuerpo y mente.He de practicar esta contemplación y meditación contínuamente.
A través de buscarme a mí mismo de esta manera veré que soy inencontrable -- si me busco con sabiduría. Ésta es la razón válida que prueba que el yo que normalmente veo no existe en absoluto.
Contemplando estos puntos intento percibir la mera ausencia del yo que normalmente veo. Esta mera ausencia del yo que normalmente veo es mi propia vacuidad. Medito en esta vacuidad con concentración unipuntualizada [i.e. en exclusión de todo lo demás] durante tanto tiempo como pueda.
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Objeción: Todo esto está muy bien, pero ¿por qué meditar en la vacuidad?, porque, al final, ¿qué importancia tiene si los fenómenos son vacíos de existencia inherente o no? Respuesta: Si me pregunto por qué meditar en la vacuidad, la respuesta es porque todo el sufrimiento y problemas que experimento surgen de no realizar la vacuidad. Mi visión normal es que los problemas vienen de fuentes externas, de la situación externa, pero en realidad todos mis problemas vienen, vida tras vida, de no realizar la verdad de la vacuidad.
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