El decimoséptimo día recordar la decimoséptima instrucción del Lamrim, sobre generar el pensamiento de amor que desea la felicidad de todos los seres.
Todos los incontables seres que hay a mi alrededor, humanos y no humanos, son mis madres; todos son inmensamente bondadosos conmigo y muy preciosos para mí, que busco la iluminación. El deseo principal de todos es experimentar felicidad, y su actividad principal, buscar felicidad; pero como están renaciendo contínuamente en el samsara, donde no hay felicidad, nunca tienen felicidad pura. La felicidad de los seres samsáricos son los placeres mundanos, que son el sufrimiento del cambio: aunque estos placeres no son fáciles de encontrar, una vez encontrados no dan satisfacción real, se desvanecen rápidamente y se convierten en sufrimiento. ¡Qué maravilloso sería si todos los seres vivos tuviesen felicidad pura!
O bien, pensando brevemente, como en el Lamrim instantáneo:
Ya que el deseo principal de todos estos seres es encontrar felicidad, aunque en ningún sitio en el samsara hay felicidad pura, ¡qué maravilloso sería si todos los seres vivos tuviesen felicidad!
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