4/2/15

Figurémonos en los infiernos

'Si el dinero no da la felicidad, figurémonos la miseria'. Esta sentencia cómica, pero profunda, del famoso comediante italiano, Totó, nosotros la podemos trasladar al campo de nuestra práctica espiritual pensando: 'Si en el reino humano no encontramos felicidad, figurémonos en los infiernos.'

Muchos escépticos que niegan la religión y la existencia de otros reinos aparte del reino humano, escriben, no obstante, y leen gustosamente relatos y ensayos de 'horror cósmico' y hasta de 'horror filosófico' (véase p. ej. The Conspiracy Against the Human Race: A Contrivance of Horror, de Thomas Ligotti). Pero, justamente, la existencia aquí en este mundo de situaciones reales o imaginadas parecidas a infiernos, debiera indicarnos -si fuésemos inteligentes- la existencia de infiernos reales en otros sitios. En el Camino Gozoso de Buena Fortuna se lee: 'Tal como un águila pescadora volando en círculos sobre el agua indica que hay peces en el agua debajo, igualmente las situaciones parecidas a infiernos en este mundo indican la existencia de infiernos reales en otros sitios.'

Creamos o no en la existencia del infierno, no estaría mal determinarnos a abandonar, por si acaso, las acciones negativas. Porque las acciones negativas son, en la definición del Dharma, los caminos que llevan a los reinos inferiores. No hay manera de ir a parar físicamente ni mentalmente a ninguno de estos sitios o esferas de horror, si no es a través de los caminos de las acciones negativas - que son nuestras acciones (actividad física, palabras y pensamientos) que directa o indirectamente causan daño a otros seres vivos.

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